Si por algo se conoce Milán es por el Duomo (Domus Dei, la Casa de Dios), una impresionante catedral gótica que durante tiempo ha estado en reformas y que por suerte ya está libre de andamios. Todo el mundo me decía: "Uy, el Duomo siempre está en obras, como la Sagrada Familia, que pena que no lo podrás ver!". ¡Sorpresa! Su fachada limpia y con aire de nuevo ya preside la gran plaza, dando la sensación de que la acaban de construir.
El Duomo de Milán |
Al entrar en su nave central me transporté a la Edad Media recreada en el más que genial libro de Ken Follet Los Pilares de la Tierra ambientado en Inglaterra. Novela histórica recomendadísima que describe la creación de una catedral como el Duomo y las historias de la gente que lo hicieron posible. Si el interior de la catedral es precioso, subir los 201 escalones para llegar a sus terrazas es lo que más vale la pena.
Al igual que cuando estás en un bosque los árboles te rodean, allí arriba te rodean los pináculos, capiteles y las preciosas gárgolas que en un día de lluvia echan agua por sus bocas. Las vistas de Milán desde allí son maravillosas, desde un lugar de otros tiempos, una maravilla en medio de la città della moda... sin duda, una de las más bellas construcciones que he visto... hasta el momento ; )
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